Tener una tienda online no es suficiente. Eso lo puede hacer cualquiera. El verdadero juego comienza cuando te preguntas: ¿Cuántos clientes estás perdiendo por tu web de mier**?
Porque sí, una tienda mal diseñada es como una cita incómoda. Todo parece ir bien, hasta que algo se tuerce y… ¡pum! Se va con otro (tu competencia).
¿Cómo saber si tu tienda es un desastre?
- El paseo interminable del carrito.
Si el proceso de compra parece una carrera de obstáculos, olvídate. Tus clientes no quieren una gymkhana, quieren una experiencia rápida, segura y sin fricciones.
¿Pagos fáciles y rápidos? Eso separa a los ganadores de los mediocres. - ¿Tu web en el móvil da vergüenza ajena?
Más del 50% de tus visitas vienen de ahí. Si no está optimizado para móviles, podrías estar dejando dinero sobre la mesa. Y créeme, a nadie le gusta eso. - Productos que no venden ni con magia.
Fotos aburridas, descripciones que parecen escritas en WordArt ️ y botones invisibles. Así no. Tus productos deben gritar: ¡Cómprame ahora! - ⚡ Velocidad: el secreto mejor guardado.
Cada segundo que tarda tu página en cargar, otro cliente abandona. Es matemática pura. ¿De verdad quieres regalarle ventas a Amazon? - ¿Confían en ti o pareces una estafa piramidal?
Sin sellos de confianza visibles, políticas claras y métodos de pago seguros, tus clientes huirán más rápido que tú en un Black Friday. ♀️
¿Vas a seguir viendo cómo tu tienda fracasa en silencio?
Si estás harto de ver pasar clientes sin que comprendas, es hora de arreglarlo. Haz clic aquí para programar una consulta gratuita. Revisaremos cómo transformar tu tienda en una máquina de ventas.
No pierdas más tiempo. Cada día que pasa, es dinero que no entra. ¡Vamos a cambiar eso!